viernes, 30 de septiembre de 2011

Bajo el Volcán II Sergio Calderón


Sergio Calderón en “Piratas del Caribe En El Fin del Mundo”

Esta vez, estoy muy contento y por dos razones. La primera es que mi sobrina Ale, me regaló un escáner. De tal manera que en ésta entrega, puedo publicar algunas fotos de las que platiqué la semana pasada de la filmación de la película “Bajo el Volcán”. En segundo lugar, estoy contento, porque mi sobrina leyó mi blog, ahora sé que ya alguien lee mis publicaciones y con eso es suficiente para que continúe plasmando mis recuerdos en éstas páginas. Debo reconocer que también pienso en la posibilidad de que algún despistado que tenga mucha “web”, para buscar algo más interesante, se encuentre con mis líneas y las encuentre, por lo menos, pasables. Ahora por hocicón, me he puesto a buscar en el baúl de los recuerdos las fotos prometidas y se las obsequio. Todas ellas son inéditas.
Por otra parte, también me tiene preocupado, a propósito de poder publicar mis fotos, que en el blog con frecuencia me las borran y tengo que estar reponiéndolas con la pérdida de tiempo que significa eso.
En alguna ocasión pregunté a Google ¿cómo hacer para que las fotos no sean borradas y sustituidas por in frío y negro ¡ y me mandó a una página de preguntas y respuestas, que no quiero contar todas las quejas y soluciones y consejos, porque sería muy largo. Aclaro que he leído las instrucciones del blog, pero son demasiadas cosas y, si los juntamos con las de AdSense, estoy frito. El caso es que pude entender que hay que publicar las imágenes en la web y usar Picasa. Lo hice, pero aún así, tengo problemas con las imágenes.

A ver si Blogger respeta mis fotos. Y si es que existe un ser humano tras este hardware, software y wash and wear y demás yerbas de olor, serían prudentes algunas clases con manzanitas para los que como yo, de la tercera edad, entramos tarde al mundillo del cómputo. ¿No podría haber personas que se dedicaran a dar mantenimiento a la página personal de Blogger, como en los sitios web?

Preguntado y advertido que está el tema, aquí les presento algunas fotos de la película “Bajo el Volcán” tomadas por el que escribe.

Refresco el tema:
“Bajo el Volcán” fue una película de 1984, dirigida por el Sr. John Huston, basada en la novela del mismo título de Malcolm Lowry. Los protagonistas fueron: Albert Finney, Jacqueline Bisset, Anthony Andrews Katy Jurado e Ignacio López Tarso. Obtuvo dos nominaciones a los Premios Óscar, al mejor actor principal (Albert Finney) y a la mejor música.
Es una narración sobre un día en la vida de Geoffrey Firmin (Albert Finney), en Quauhnahuac, México, en 1938 durante la fiesta mexicana del “Día de Muertos” y mientras crece en Europa la inestabilidad que dará lugar a la Segunda Guerra Mundial. Firmin es un ex cónsul británico entregado a la bebida, que reside en una pequeña e histórica ciudad de México, Cuernavaca, al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.











Imágenes en el "prostíbulo"



Camelia la texana (Travestí) y "Tun Tun con danzarín




Cuando tomé las fotos de Jacqueline Bisset, uno de los productores gringos se me acercó y me increpó porque, pude entender que la señora Bisset, se había molestado creyendo que yo era periodista, y ella estaba sin maquillaje porque acababa de hacer una escena bajo la lluvia, que requería la película. Yo no entendí ni una palabra, porque como dice la “bomba yucateca”:

“El inglés, yes, no encuentro
quién me lo encause,
y menos quién lo parlare,
si se escribe chopenjause,
se pronuncia checaspiare”

Afortunadamente en ese momento estaba cerca el actor mexicano Sergio Calderón, quien platicó con el gringo en perfecto inglés, y todo quedó tranquilo. Sergio me platicó después como había sucedido todo esto y me dijo que le dijo a su vez al gringo, que las fotos él, Sergio, me las había pedido para su álbum personal de la película y que el productor le dijo que no quería ver esas fotos publicadas en ninguna parte. De 1984, para acá, les aseguro que a mí me tiene sin cuidado lo que el gringo dijo, y a ustedes menos, ¿verdad?

Sergio Calderón nació el 21 de julio de 1945 en Coatlán del Río, Morelos, México
Sergio estudió en el Instituto Andrés Soler (Instituto de actuación de la Asociación Nacional de Actores de México; sus mentores, entre otros, Jebert Darién (estudiante de Seki Sano, que junto con Elia Kazan fueron estudiantes de Stanislavsky y André Moreau, Director de la Comedie Française). Desde entonces, Sergio ha trabajado con leyendas del cine como John Huston, Anthony Quinn, Sergio Leone, Will Smith, Cate Blanchett, Ron Howard, Johnny Depp, Albert Finney y muchos más.

Yo conocí a Sergio muchos años antes en los estudios Churubusco y llegamos a tener buena amistad. Conocí a su esposa Karen y a sus hijos, Patrick y Johanna. Tenían o tienen un departamento precioso en el centro de la Colonia Coyoacán, que es para mi gusto, la mejor zona para vivir en el Distrito Federal de mi México, por sus edificios coloniales y su ambiente de cultura, misticismo y a la vez folklore. Trabajamos juntos en “Círculo Vicioso” de José Agustín. El hacía un personaje y yo hacía casi de todo, tras escena.
Un día durante la filmación de Bajo el Volcán, llegué a uno de los hoteles a recoger algunos comparsas que entrarían a cámara ese día. Casi en la entrada del hotel, me encontré a la siempre intensa Leonor Llausás († 1929-2003) que, aunque actriz, por los salarios que pagaban las películas extranjeras, muchos actores aceptaban trabajar de comparsas en ellas. Leonor me informó que no habían comido porque en el hotel les dijeron que la producción no autorizó que los comparsas firmaran por alimentos. En ese momento, llegó Sergio Calderón de México, en un transporte de la producción, porque entraría a cámara al día siguiente. Leonor le dijo lo que estaba sucediendo y entonces me dijo Sergio: “Diego, dile por favor al productor Fulano de Tal, (Ya no recuerdo el nombre. Como dijo Mark Twain: “De joven recordaba todo, hasta lo que no había sucedido”) que ninguno de los actores y comparsas mexicanos vamos a trabajar, hasta que todos tengan derecho a sus alimentos”. Yo me retiré, confieso, con cierto goce por lo que había sucedido y reporté cabalmente a la producción el suceso. La producción de inmediato dio la instrucción de que todos los “extras” podían firmar por su comida y, como aún no se alimentaban, les otorgó el día libre, cambando el rol del llamado. Por supuesto que hubo cierto enojo por parte de la producción por la forma determinada de Sergio, pero años después, esa misma producción llamó a Sergio para otra película. Así se manejan los “gringos”, “me puedes molestar, pero te necesito y te contrato”. Aquí con nuestros “genios mexicanos” puedes quedar vetado para siempre. Como sucede con los “televisos” y los “aztecos. Tengo un amigo que una vez, refiriéndose al trato que se da en general a la gente y seriedad en los negocios con respecto a los americanos comparados con los mexicanos, dijo: “Están a cien años luz de nosotros, nos llevan cien años luz”.

Sergio Calderón hace mucho que está viviendo en EE UU. La última vez que supe de él, estaba yo en un bar hace unos cinco años y vi a un señor que tenía la sección de espectáculos de uno de los periódicos más importantes del país, el “Reforma” y cubriendo media plana en todo su esplendor estaba la foto de Sergio, vestido de pirata y el titular decía: “Sergio Calderón, un mexicano que triunfa en Hollywood”. Me llené de gozo, quería decirle a todo el mundo que ese actor era amigo mío. Entonces me di cuenta de que no hay momento más solitario, que cuando no se tiene a nadie con quien compartir una alegría.

Aquí es donde deberían entrar los violines y oboes con música trágica. Pero no, mejor les publico otro escrito de esos que les conté que encontré y que, no me cansaré de repetirlo: NO SON MÍOS, y alguna vez saldrá el autor.
Son varias cartas dirigidas a una hermana, esta es una de ellas, que recordé tenerla cuando usé arriba la palabra “web”.

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Intermedio Jocoso-“meditoso”

Querida hermana:
Ante tu pregunta: “¿Por qué no buscas una pareja para rehacer tu vida?”, y después tu aseveración de que me quedé con cara de idiota ante una simple pregunta, me permito informarte que consideré tantas respuestas, que no supe qué contestar al momento. Por eso, te envío ahora mis reflexiones al respecto, en éste escrito que bien podría, por su contenido, llamarse:

“Pereza”

La verdad es que sí. A veces pienso en retomar mi vida. Tener una ilusión, un motivo, una pasión, una esperanza nueva... pero, me da una hueva...
Encontrar una mujer para compartir mi andanza. Sentir otra vez mariposas en la panza, emociones fogosas, y encontrar el sabor de rosas que el amor conlleva... Pero me da una hueva...

La conquista: Recogerla en su casa. Invitarla al cine. Compartir entre butacas las manos que se enlazan, y al final, invitarla a cenar. Se tiene que gastar. La noche avanza, el dinero no alcanza, y me gasto hasta la ropa. Después, regresarla hasta su casa.
¿Y si el amor que me ocupa es otra Sateluca, llevarla hasta allá? La verdad... es una friega, y me da mucha hueva.
Noviazgo: Las primeras noches compartidas, son la miel de la vida. Caricias...Verdadero amor. Cómo añoro ese licor. Retomar noches perdidas abrazadas en el candor. Atenderla en la mañana, un baño, hacer la cama... Y así, tenerla conmigo una vez a la semana...y luego dos, y luego... ¡tres! Hasta que un día sin sombra de amenaza, se apersona en mi casa con veinte maletas, sonreír insano, y cepillo en la mano. ¡Que no se atreva, porque me ataca la hueva!

Unión: Pero, supongamos que llegue el caso citado arriba, y decida la unión. Como la sola idea me priva, es mera suposición. Lo primero que viene a mi mente, es el fin de mis Domingos, mi manantial de paz. Terminarían reprimidos con visitas a Price, Sam’s, o cualquier centro comercial, vestido con pants y tenis, como si los deportistas vistieran de corbata para entrenar, cuidando el carrito, entre gente idiota que los deja a medio pasillo, y niños latosos corriendo como “Tortugas Ninjas” tras la cola de “La Sirenita”, brincando latas.
Niños más latas que las latas.
¿Y mi libertad? ¿Mis sábados cantineros? “Ya te fuiste otra vez con tus amigotes”  “Me tienes aquí encerrada... con el alma en un hilo”  “Me voy con mi mamá” Y en eso seguramente terminará. Se irá con su... madre. Pero mientras tanto, mientras descubre que nada me va a cambiar y decide que se va... es la hueva que me da.

Familia: ¿Y la vida familiar? Los queridos suegros, cuñados y sobrinos endemoniados, hijos de... la libertad. Manada de inconscientes, ignorantes del condón y la pastilla. Con la baba en la barbilla y chistes del sexenio pasado. Con humor pesado y sin gracia. Y a sonreír para dar buena impresión, mientras me sube la presión y me dan ganas de huir. “Aguántate un ratito” Dulce hogar que es mito. Y por más que me hago pato, después de un rato, no lo puedo soportar, pero me tengo que quedar. Y es que el amor es total entrega... sí, pero me da una hueva...
Vida entre bautizos, bodas y aniversarios, presumiendo las garritas con corbatas de seda, salpicadas de salsa de lomo. Y yo con mi hueva y mi “pomo”. La quinceañera destroza un vals divino, mientras memoriza el licenciado padrino el discurso que dará, y aunque para otro evento fue escrito, ¿qué más da? Lo importante en el rito, es que lloren los papás.
Por eso, mientras pueda, me quedo con mi hueva.
¿Y qué tal si, como estoy grandecito, mi compañera ya tiene un hijo? Por supuesto, latoso sangrón y mal educado. Encimoso y roquero, aparte de grosero. “Ya verás, te lo ganas con cariño” ¿Con cariño? ¡Pinche niño! ¿Quién se lo quiere ganar?
¿Aguantar es lo que me queda? No. Por eso me da tanta hueva.
Aunque hay otras cosas... como tener un hijo de los dos. Inquieto y juguetón, pero también chillón. Gozar su carita, cambiarle el pañal... limpiar su caquita... y nunca más la paz. No puedo ser capaz. No sé si en mi destino está, pero, ¡Que hueva me da!

La pregunta se hizo el mes del amor de 1994 y es contestada el mismo mes pero del año siguiente, simplemente por la causa, estado de ánimo u órgano, multicitado en éste escrito.

Tu hermano, “El solitario”.
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Para terminar con “Bajo el Volcán” les cuento que un actor mexicano, (no quiero recordar el nombre) llegó como extra a la producción. Evidentemente homosexual, llegaba al colmo de usar hombreras de esas que usan las mujeres para triangular su figura. Un día, apareció en todos los pizarrones de llamados de los hoteles, en una página tamaño carta, con la siguiente cuarteta:


POR SUS COSTUMBRES TRASERAS
Y SU FUROR EN EXCESO,
SE COLOCABA HOMBRERAS
PARA FACILITAR EL ACCESO.


 
Otra vez algún maloso…



José Agustín y Vicente Leñero recibieron este 21 de septiembre, la Medalla de Oro de Bellas Artes. Me dio muchísimo gusto saberlo. Yo conocí a José Agustín, cuando montó una obra corta de nombre “Círculo Vicioso” de la que hablé antes.

Yo leí “De perfil”, segunda novela de José Agustín, que, por cierto, escribió su primera novela, “La tumba”, a los 19 años. También leí “Se está haciendo tarde (final en laguna)”



José Agustín Ramírez Gómez nació en Acapulco, Guerrero, México, el 19 de agosto de 1944. Estudió letras clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirección, en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y composición dramática en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Comenzó a publicar en diversos periódicos y revistas en la adolescencia. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Denver, conductor y productor de programas culturales para la radio y la televisión, y ha coordinado varios talleres literarios.
José Agustín es uno de los fundadores del diario “Reforma”, columnista de la revista de rock “La Mosca”, colaborador de “Confabulario”, suplemento cultural de los diarios “El Universal”, y “La Jornada”. Ha escrito varios guiones y colaborado en otros.

“Círculo Vicioso”, obra estrenada en 1974, es autobiográfica. En una celda se encuentran tres amigos traficantes de marihuana, mientras a un cuarto, Gómez, que era él mismo, por eso el apellido Gómez del personaje, está ahí porque lo “apañaron” en un cuarto contiguo del hotel donde aprendieron a los traficantes. Gómez es testigo del drama. Ese papel lo interpretó Fernando Borges. Los demás personajes son muchos pero estaban, Fernando Balzaretti, Octavio Galindo, Arsenio Campos y Sergio Calderón, con los papeles principales.
Para nuestra desgracia, en aquellas épocas hubo mucha reticencia del gobierno por dejar montar la obra comercialmente, porque era una denuncia a la corrupción que existía (¿Ya no?) en nuestras cárceles y autoridades. De tal manera, hicimos apenas algunas funciones en foros como teatros de la Universidad Autónoma de México, Instituto Politécnico Nacional, que son nuestras dos máximas casas de estudios y algunos otros foros que no recuerdo.
Tiempos…

Premios y Distinciones de José Agustín:
Beca del Centro Mexicano de Escritores 1966-1967
Beca del Internacional Writing Program de la Universidad de Iowa 1977
Beca Fulbright 1977-1978
Beca Guggenheim 1978-1979
Premio Latinoamericano de Narrativa Colima 1993, por “Ciudades Desiertas”
Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón por su obra de teatro “Círculo Vicioso

Conservo un poster a lápiz de una escena de “Círculo Vicioso”, que realizó su hermano Augusto y que se los mostraré cuando lo lleve a escanear a un lugar donde puedan hacerlo por su tamaño.
Debo confesar que los primeros escritos de éste blog, me dieron mucho trabajo por la falta de recuerdos, y ahora, con la práctica, tengo una “cola” de ellos esperando ver la luz.
Por esto, seguiré escribiendo, ¿Verdad Ale?


Gracias Google, Wikipedia y Biografías del Ayer de Luis Roberto.

Respetuosamente,

El abuelo Febo


xocdzib@yahoo.com

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