viernes, 30 de septiembre de 2011

Bajo el Volcán II Sergio Calderón


Sergio Calderón en “Piratas del Caribe En El Fin del Mundo”

Esta vez, estoy muy contento y por dos razones. La primera es que mi sobrina Ale, me regaló un escáner. De tal manera que en ésta entrega, puedo publicar algunas fotos de las que platiqué la semana pasada de la filmación de la película “Bajo el Volcán”. En segundo lugar, estoy contento, porque mi sobrina leyó mi blog, ahora sé que ya alguien lee mis publicaciones y con eso es suficiente para que continúe plasmando mis recuerdos en éstas páginas. Debo reconocer que también pienso en la posibilidad de que algún despistado que tenga mucha “web”, para buscar algo más interesante, se encuentre con mis líneas y las encuentre, por lo menos, pasables. Ahora por hocicón, me he puesto a buscar en el baúl de los recuerdos las fotos prometidas y se las obsequio. Todas ellas son inéditas.
Por otra parte, también me tiene preocupado, a propósito de poder publicar mis fotos, que en el blog con frecuencia me las borran y tengo que estar reponiéndolas con la pérdida de tiempo que significa eso.
En alguna ocasión pregunté a Google ¿cómo hacer para que las fotos no sean borradas y sustituidas por in frío y negro ¡ y me mandó a una página de preguntas y respuestas, que no quiero contar todas las quejas y soluciones y consejos, porque sería muy largo. Aclaro que he leído las instrucciones del blog, pero son demasiadas cosas y, si los juntamos con las de AdSense, estoy frito. El caso es que pude entender que hay que publicar las imágenes en la web y usar Picasa. Lo hice, pero aún así, tengo problemas con las imágenes.

A ver si Blogger respeta mis fotos. Y si es que existe un ser humano tras este hardware, software y wash and wear y demás yerbas de olor, serían prudentes algunas clases con manzanitas para los que como yo, de la tercera edad, entramos tarde al mundillo del cómputo. ¿No podría haber personas que se dedicaran a dar mantenimiento a la página personal de Blogger, como en los sitios web?

Preguntado y advertido que está el tema, aquí les presento algunas fotos de la película “Bajo el Volcán” tomadas por el que escribe.

Refresco el tema:
“Bajo el Volcán” fue una película de 1984, dirigida por el Sr. John Huston, basada en la novela del mismo título de Malcolm Lowry. Los protagonistas fueron: Albert Finney, Jacqueline Bisset, Anthony Andrews Katy Jurado e Ignacio López Tarso. Obtuvo dos nominaciones a los Premios Óscar, al mejor actor principal (Albert Finney) y a la mejor música.
Es una narración sobre un día en la vida de Geoffrey Firmin (Albert Finney), en Quauhnahuac, México, en 1938 durante la fiesta mexicana del “Día de Muertos” y mientras crece en Europa la inestabilidad que dará lugar a la Segunda Guerra Mundial. Firmin es un ex cónsul británico entregado a la bebida, que reside en una pequeña e histórica ciudad de México, Cuernavaca, al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.











Imágenes en el "prostíbulo"



Camelia la texana (Travestí) y "Tun Tun con danzarín




Cuando tomé las fotos de Jacqueline Bisset, uno de los productores gringos se me acercó y me increpó porque, pude entender que la señora Bisset, se había molestado creyendo que yo era periodista, y ella estaba sin maquillaje porque acababa de hacer una escena bajo la lluvia, que requería la película. Yo no entendí ni una palabra, porque como dice la “bomba yucateca”:

“El inglés, yes, no encuentro
quién me lo encause,
y menos quién lo parlare,
si se escribe chopenjause,
se pronuncia checaspiare”

Afortunadamente en ese momento estaba cerca el actor mexicano Sergio Calderón, quien platicó con el gringo en perfecto inglés, y todo quedó tranquilo. Sergio me platicó después como había sucedido todo esto y me dijo que le dijo a su vez al gringo, que las fotos él, Sergio, me las había pedido para su álbum personal de la película y que el productor le dijo que no quería ver esas fotos publicadas en ninguna parte. De 1984, para acá, les aseguro que a mí me tiene sin cuidado lo que el gringo dijo, y a ustedes menos, ¿verdad?

Sergio Calderón nació el 21 de julio de 1945 en Coatlán del Río, Morelos, México
Sergio estudió en el Instituto Andrés Soler (Instituto de actuación de la Asociación Nacional de Actores de México; sus mentores, entre otros, Jebert Darién (estudiante de Seki Sano, que junto con Elia Kazan fueron estudiantes de Stanislavsky y André Moreau, Director de la Comedie Française). Desde entonces, Sergio ha trabajado con leyendas del cine como John Huston, Anthony Quinn, Sergio Leone, Will Smith, Cate Blanchett, Ron Howard, Johnny Depp, Albert Finney y muchos más.

Yo conocí a Sergio muchos años antes en los estudios Churubusco y llegamos a tener buena amistad. Conocí a su esposa Karen y a sus hijos, Patrick y Johanna. Tenían o tienen un departamento precioso en el centro de la Colonia Coyoacán, que es para mi gusto, la mejor zona para vivir en el Distrito Federal de mi México, por sus edificios coloniales y su ambiente de cultura, misticismo y a la vez folklore. Trabajamos juntos en “Círculo Vicioso” de José Agustín. El hacía un personaje y yo hacía casi de todo, tras escena.
Un día durante la filmación de Bajo el Volcán, llegué a uno de los hoteles a recoger algunos comparsas que entrarían a cámara ese día. Casi en la entrada del hotel, me encontré a la siempre intensa Leonor Llausás († 1929-2003) que, aunque actriz, por los salarios que pagaban las películas extranjeras, muchos actores aceptaban trabajar de comparsas en ellas. Leonor me informó que no habían comido porque en el hotel les dijeron que la producción no autorizó que los comparsas firmaran por alimentos. En ese momento, llegó Sergio Calderón de México, en un transporte de la producción, porque entraría a cámara al día siguiente. Leonor le dijo lo que estaba sucediendo y entonces me dijo Sergio: “Diego, dile por favor al productor Fulano de Tal, (Ya no recuerdo el nombre. Como dijo Mark Twain: “De joven recordaba todo, hasta lo que no había sucedido”) que ninguno de los actores y comparsas mexicanos vamos a trabajar, hasta que todos tengan derecho a sus alimentos”. Yo me retiré, confieso, con cierto goce por lo que había sucedido y reporté cabalmente a la producción el suceso. La producción de inmediato dio la instrucción de que todos los “extras” podían firmar por su comida y, como aún no se alimentaban, les otorgó el día libre, cambando el rol del llamado. Por supuesto que hubo cierto enojo por parte de la producción por la forma determinada de Sergio, pero años después, esa misma producción llamó a Sergio para otra película. Así se manejan los “gringos”, “me puedes molestar, pero te necesito y te contrato”. Aquí con nuestros “genios mexicanos” puedes quedar vetado para siempre. Como sucede con los “televisos” y los “aztecos. Tengo un amigo que una vez, refiriéndose al trato que se da en general a la gente y seriedad en los negocios con respecto a los americanos comparados con los mexicanos, dijo: “Están a cien años luz de nosotros, nos llevan cien años luz”.

Sergio Calderón hace mucho que está viviendo en EE UU. La última vez que supe de él, estaba yo en un bar hace unos cinco años y vi a un señor que tenía la sección de espectáculos de uno de los periódicos más importantes del país, el “Reforma” y cubriendo media plana en todo su esplendor estaba la foto de Sergio, vestido de pirata y el titular decía: “Sergio Calderón, un mexicano que triunfa en Hollywood”. Me llené de gozo, quería decirle a todo el mundo que ese actor era amigo mío. Entonces me di cuenta de que no hay momento más solitario, que cuando no se tiene a nadie con quien compartir una alegría.

Aquí es donde deberían entrar los violines y oboes con música trágica. Pero no, mejor les publico otro escrito de esos que les conté que encontré y que, no me cansaré de repetirlo: NO SON MÍOS, y alguna vez saldrá el autor.
Son varias cartas dirigidas a una hermana, esta es una de ellas, que recordé tenerla cuando usé arriba la palabra “web”.

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Intermedio Jocoso-“meditoso”

Querida hermana:
Ante tu pregunta: “¿Por qué no buscas una pareja para rehacer tu vida?”, y después tu aseveración de que me quedé con cara de idiota ante una simple pregunta, me permito informarte que consideré tantas respuestas, que no supe qué contestar al momento. Por eso, te envío ahora mis reflexiones al respecto, en éste escrito que bien podría, por su contenido, llamarse:

“Pereza”

La verdad es que sí. A veces pienso en retomar mi vida. Tener una ilusión, un motivo, una pasión, una esperanza nueva... pero, me da una hueva...
Encontrar una mujer para compartir mi andanza. Sentir otra vez mariposas en la panza, emociones fogosas, y encontrar el sabor de rosas que el amor conlleva... Pero me da una hueva...

La conquista: Recogerla en su casa. Invitarla al cine. Compartir entre butacas las manos que se enlazan, y al final, invitarla a cenar. Se tiene que gastar. La noche avanza, el dinero no alcanza, y me gasto hasta la ropa. Después, regresarla hasta su casa.
¿Y si el amor que me ocupa es otra Sateluca, llevarla hasta allá? La verdad... es una friega, y me da mucha hueva.
Noviazgo: Las primeras noches compartidas, son la miel de la vida. Caricias...Verdadero amor. Cómo añoro ese licor. Retomar noches perdidas abrazadas en el candor. Atenderla en la mañana, un baño, hacer la cama... Y así, tenerla conmigo una vez a la semana...y luego dos, y luego... ¡tres! Hasta que un día sin sombra de amenaza, se apersona en mi casa con veinte maletas, sonreír insano, y cepillo en la mano. ¡Que no se atreva, porque me ataca la hueva!

Unión: Pero, supongamos que llegue el caso citado arriba, y decida la unión. Como la sola idea me priva, es mera suposición. Lo primero que viene a mi mente, es el fin de mis Domingos, mi manantial de paz. Terminarían reprimidos con visitas a Price, Sam’s, o cualquier centro comercial, vestido con pants y tenis, como si los deportistas vistieran de corbata para entrenar, cuidando el carrito, entre gente idiota que los deja a medio pasillo, y niños latosos corriendo como “Tortugas Ninjas” tras la cola de “La Sirenita”, brincando latas.
Niños más latas que las latas.
¿Y mi libertad? ¿Mis sábados cantineros? “Ya te fuiste otra vez con tus amigotes”  “Me tienes aquí encerrada... con el alma en un hilo”  “Me voy con mi mamá” Y en eso seguramente terminará. Se irá con su... madre. Pero mientras tanto, mientras descubre que nada me va a cambiar y decide que se va... es la hueva que me da.

Familia: ¿Y la vida familiar? Los queridos suegros, cuñados y sobrinos endemoniados, hijos de... la libertad. Manada de inconscientes, ignorantes del condón y la pastilla. Con la baba en la barbilla y chistes del sexenio pasado. Con humor pesado y sin gracia. Y a sonreír para dar buena impresión, mientras me sube la presión y me dan ganas de huir. “Aguántate un ratito” Dulce hogar que es mito. Y por más que me hago pato, después de un rato, no lo puedo soportar, pero me tengo que quedar. Y es que el amor es total entrega... sí, pero me da una hueva...
Vida entre bautizos, bodas y aniversarios, presumiendo las garritas con corbatas de seda, salpicadas de salsa de lomo. Y yo con mi hueva y mi “pomo”. La quinceañera destroza un vals divino, mientras memoriza el licenciado padrino el discurso que dará, y aunque para otro evento fue escrito, ¿qué más da? Lo importante en el rito, es que lloren los papás.
Por eso, mientras pueda, me quedo con mi hueva.
¿Y qué tal si, como estoy grandecito, mi compañera ya tiene un hijo? Por supuesto, latoso sangrón y mal educado. Encimoso y roquero, aparte de grosero. “Ya verás, te lo ganas con cariño” ¿Con cariño? ¡Pinche niño! ¿Quién se lo quiere ganar?
¿Aguantar es lo que me queda? No. Por eso me da tanta hueva.
Aunque hay otras cosas... como tener un hijo de los dos. Inquieto y juguetón, pero también chillón. Gozar su carita, cambiarle el pañal... limpiar su caquita... y nunca más la paz. No puedo ser capaz. No sé si en mi destino está, pero, ¡Que hueva me da!

La pregunta se hizo el mes del amor de 1994 y es contestada el mismo mes pero del año siguiente, simplemente por la causa, estado de ánimo u órgano, multicitado en éste escrito.

Tu hermano, “El solitario”.
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Para terminar con “Bajo el Volcán” les cuento que un actor mexicano, (no quiero recordar el nombre) llegó como extra a la producción. Evidentemente homosexual, llegaba al colmo de usar hombreras de esas que usan las mujeres para triangular su figura. Un día, apareció en todos los pizarrones de llamados de los hoteles, en una página tamaño carta, con la siguiente cuarteta:


POR SUS COSTUMBRES TRASERAS
Y SU FUROR EN EXCESO,
SE COLOCABA HOMBRERAS
PARA FACILITAR EL ACCESO.


 
Otra vez algún maloso…



José Agustín y Vicente Leñero recibieron este 21 de septiembre, la Medalla de Oro de Bellas Artes. Me dio muchísimo gusto saberlo. Yo conocí a José Agustín, cuando montó una obra corta de nombre “Círculo Vicioso” de la que hablé antes.

Yo leí “De perfil”, segunda novela de José Agustín, que, por cierto, escribió su primera novela, “La tumba”, a los 19 años. También leí “Se está haciendo tarde (final en laguna)”



José Agustín Ramírez Gómez nació en Acapulco, Guerrero, México, el 19 de agosto de 1944. Estudió letras clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirección, en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y composición dramática en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Comenzó a publicar en diversos periódicos y revistas en la adolescencia. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Denver, conductor y productor de programas culturales para la radio y la televisión, y ha coordinado varios talleres literarios.
José Agustín es uno de los fundadores del diario “Reforma”, columnista de la revista de rock “La Mosca”, colaborador de “Confabulario”, suplemento cultural de los diarios “El Universal”, y “La Jornada”. Ha escrito varios guiones y colaborado en otros.

“Círculo Vicioso”, obra estrenada en 1974, es autobiográfica. En una celda se encuentran tres amigos traficantes de marihuana, mientras a un cuarto, Gómez, que era él mismo, por eso el apellido Gómez del personaje, está ahí porque lo “apañaron” en un cuarto contiguo del hotel donde aprendieron a los traficantes. Gómez es testigo del drama. Ese papel lo interpretó Fernando Borges. Los demás personajes son muchos pero estaban, Fernando Balzaretti, Octavio Galindo, Arsenio Campos y Sergio Calderón, con los papeles principales.
Para nuestra desgracia, en aquellas épocas hubo mucha reticencia del gobierno por dejar montar la obra comercialmente, porque era una denuncia a la corrupción que existía (¿Ya no?) en nuestras cárceles y autoridades. De tal manera, hicimos apenas algunas funciones en foros como teatros de la Universidad Autónoma de México, Instituto Politécnico Nacional, que son nuestras dos máximas casas de estudios y algunos otros foros que no recuerdo.
Tiempos…

Premios y Distinciones de José Agustín:
Beca del Centro Mexicano de Escritores 1966-1967
Beca del Internacional Writing Program de la Universidad de Iowa 1977
Beca Fulbright 1977-1978
Beca Guggenheim 1978-1979
Premio Latinoamericano de Narrativa Colima 1993, por “Ciudades Desiertas”
Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón por su obra de teatro “Círculo Vicioso

Conservo un poster a lápiz de una escena de “Círculo Vicioso”, que realizó su hermano Augusto y que se los mostraré cuando lo lleve a escanear a un lugar donde puedan hacerlo por su tamaño.
Debo confesar que los primeros escritos de éste blog, me dieron mucho trabajo por la falta de recuerdos, y ahora, con la práctica, tengo una “cola” de ellos esperando ver la luz.
Por esto, seguiré escribiendo, ¿Verdad Ale?


Gracias Google, Wikipedia y Biografías del Ayer de Luis Roberto.

Respetuosamente,

El abuelo Febo


xocdzib@yahoo.com

sábado, 24 de septiembre de 2011


BAJO EL VOLCÁN




Hoy me levanté con ganas de trabajar muchísimo, dejar de fumar, con ganas de hacer ejercicio y de no volver a fumar… así que mejor me acosté un rato, hasta que se me pasaron esos pensamientos irracionales.

Samuel es uno de esos hombres a los que les llamamos “correosos”, con lo que queremos dar a entender que es muy fuerte y delgado. Nació en un pueblo de Guerrero, México, llamado Ayutla, hace 73 años. Tiene Sami, como le decimos en nuestro Hogar, cabello entrecano, cejas muy pobladas y ojos llenos de chispa color café claro. También tiene una larga historia llena de aventuras, de esas que pocos conocemos porque su origen y vida ha sido humilde.
Sami fue gente de campo desde sus más tempranas infantilidades y en su juventud, desde temprana hasta mayor, trabajó en diferentes tugurios, casas de citas, congales y demás lugares de “mala nota” hasta su vejez, como acompañante de un hombre rico hasta su entrada a esta “Casa de Reposo”, para no llamarla con algún nombre de los que usa Carlos el Flaco, como “Asilo de Ancianos” por ejemplo, y otros más “piores”. Lo primero que impresiona de Sami, son sus grandes pies. Siempre usa huaraches. En alguna ocasión le pregunté si no tenía problemas para conseguir zapatos y me contestó que no de largo pero que sí de ancho, y me confesó que tiene un par de zapatos desde hace unos treinta años, que usa en ocasiones muy especiales, porque nunca se acostumbró a ellos. Me recordó a un espléndido actor mexicano llamado Enrique Lucero (†) por su parecido físico, incluyendo los grandes pies, del que les hablaré en otra ocasión.
Me contó Samuel que en sus ayeres, conoció de manera temprana a un señor Yarsa, que lo llevó a trabajar con él, a un bar de pueblo, retirándolo para siempre de las largas y pesadas labores del campo, sin hablar de las pobres ganancias que obtenía. Rápidamente se integró al mundillo de las mujeres de la “vida galante” y se hizo indispensable para su patrón así como para las “damiselas de la noche”. Entre otras cosas que me contó Sami y que les iré contando a través de éstas entregas, es que cuando algún cliente deseaba a una de las mujeres del lugar, lo llamaban a él, porque lo veían deambulando por el local como un propio y le pedían que llamara a la dama en cuestión. Sami, prometía hacer lo posible si el cliente le otorgaba por adelantado una propina. El cliente le daba dinero y Sami iba hacia la mujer ante la mirada del cliente y de acuerdo a la cantidad de la propina obtenida, él ya sabía si le recomendaba a la mujer acompañar al cliente o si era de poco dinero. Como el cliente veía que Sami hablaba con la mujer, daba por hecho que había intentado convencerla. De tal manera, se llevara cabo la cita o no, Sami siempre ganaba.
Esta imagen que obtuve de la plática de Sami en un burdel de pueblo del pasado me hizo recordar la película “Bajo el Volcán”.

En 1984 tuve la oportunidad muy envidiada de trabajar para la producción norteamericana cinematográfica “Bajo el Volcán”. Yo fui ayudante de asistente de producción. Los asistentes eran norteamericanos, pero en una producción americana hecha en México, aunque los asistentes hablan español, tienen sus propios asistentes “Made in México”, para un mejor entendimiento tanto con actores y extras, como con técnicos de origen mexicano.

“Bajo el Volcán” fue una película de 1984, dirigida por el Sr. John Huston, basada en la novela del mismo título de Malcolm Lowry. Los protagonistas fueron: Albert Finney, Jacqueline Bisset, Anthony Andrews Katy Jurado e Ignacio López Tarso. Obtuvo dos nominaciones a los Premios Óscar, al mejor actor principal (Albert Finney) y a la mejor música.
Es una narración sobre un día en la vida de Geoffrey Firmin (Albert Finney), en Quauhnahuac, México, en 1938 durante la fiesta mexicana del “Día de Muertos” y mientras crece en Europa la inestabilidad que dará lugar a la Segunda Guerra Mundial. Firmin es un ex cónsul británico entregado a la bebida, que reside en una pequeña e histórica ciudad de México, Cuernavaca, al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. El comportamiento autodestructivo de Firmin contrasta con el ingenuo idealismo de su hermanastro Hugh (Anthony Andrews). Yvonne (Jacqueline Bisset), la mujer con la que Firmin compartió aquel paraíso, ha regresado con la esperanza de poder ayudar a Firmin y de recomponer su relación. Sin embargo, la tristeza y el alcoholismo del cónsul van poco a poco revelando traiciones y desencuentros pasados entre estos tres personajes centrales, que determinan su incapacidad para restablecer su pasado.



John Huston

La película se filmó en las ciudades de Acapantzingo, Cuautla, Cuernavaca y Yautepec, en el estado de Morelos, México. Fue fotografiada por el famoso e internacional Sr. Gabriel Figueroa y la música fue del no menos famoso Sr. Alex North. En México la película pasó casi desapercibida.




Gabriel Figueroa Mateos nació en la Ciudad de México el 24 de abril de 1907 y murió el 27 de abril de 1997. Fue un cinefotógrafo y director de fotografía mexicano. Figura importante de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Además de trabajar con directores mexicanos, Figueroa trabajó también para Hollywood, colaborando con directores de la talla de John Ford y John Huston.
En 1950 realizó la fotografía de “Los olvidados”, de Luis Buñuel. Algunos de sus trabajos más recientes fueron “El corazón de la noche”, “Héroe desconocido” y “México 2000”.
Fue co-fundador junto con Mario Moreno "Cantinflas" y Jorge Negrete del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana. Fue ganador del Premio Nacional de Bellas Artes en 1971.





Su lente nos descubrió un México de claroscuros, en el que el maguey y la nube reinaban sobre el interminable paisaje de volcanes. A través de su mirada nos asomamos a un país vibrante y lleno de vida. Como él mismo lo expresó al recibir en 1971 el Premio Nacional de las Artes: “Estoy seguro de que si algún mérito tengo, es saber servirme de mis ojos, que conducen a las cámaras en la tarea de aprisionar no sólo los colores, las luces y las sombras, sino el movimiento que es la vida.”
Gabriel Figueroa nació en el seno de una familia acomodada venida a menos. Su madre falleció al darlo a luz y su padre, incapaz de sobreponerse a esta pérdida, terminó por abandonarlo junto con su hermano Roberto al cuidado de unas tías. Estudió pintura en la Academia de San Carlos y a los 16 años descubrió la fotografía gracias al retratista José Guadalupe Velasco. Años después se haría amigo de los fotógrafos Gilberto y Raúl Martínez Solares quienes como él dejaron la fotografía fija por el cine.
Su ingreso al cine se produjo en 1932, como fotógrafo de tomas fijas de “Revolución” de Miguel Contreras Torres. Un año más tarde sería uno de los veinte camarógrafos contratados para la filmación de “¡Viva Villa!” de Howard Hawks. Tras algunos trabajos como iluminador, Figueroa recibió una beca para estudiar en los Estados Unidos. Allí entró en contacto con Gregg Toland, uno de los mejores fotógrafos de cine de todos los tiempos, quien le enseñó su particular estilo de iluminación.
Su primera película como fotógrafo “Allá en el Rancho Grande” en 1936 de Fernando de Fuentes, fue también la primera por la que obtuvo un premio internacional en el Festival de Venecia. En total, Figueroa fotografía más de doscientas películas y recibió decenas de premios. Además de las cintas que filmó junto a Emilio “El Indio” Fernández, dos de sus trabajos más memorables fueron “Los olvidados” en 1950 de Luis Buñuel y “La noche de la iguana” en 1964 de John Huston. Por ésta última, fue nominado por mejor fotografía al premio “Oscar”.

Antes de proseguir quiero hacer una pausa para regalarles un escrito más de aquellos que les platiqué que encontré sin nombre de autor. Consta aquí que he dicho que no son escritos míos. Algún día saldrá el verdadero autor.
 Intermedio Amoroso
Carta sin destino

Siempre tengo un pretexto para recordarte.
En el baúl de madera, el que uso como mesa de centro, tengo muchas cosas del pasado, que me recuerdan otras. Ahí te tengo, en un pequeño cenicero azul, en una pluma, en una cartera y en otras muchas cosas.
A veces, te veo en alguna canción, de las que escuchamos juntos por primera vez. A veces en un libro, o en aquella camisa de algodón que tanto te gustaba y que casi no uso. Y no la uso, porque no quiero recordarte… Pero, la verdad, es que no la uso, porque quiero que siempre exista. Porque las cosas, si no se usan, no se acaban.
Fíjate; nosotros no terminamos de usarnos, y se acabó.
A veces, también te encuentro en las sábanas, las que me regalaste, ¿recuerdas?
Hace algunos días, traté de recordar tu número de teléfono, y no me fue posible. No para llamarte, no. Simplemente como un ejercicio mental. A veces, olvido cosas. Y es que tu número no lo tengo anotado en ninguna parte. Cuando terminamos, me deshice de él para no recordarte, para no tener la tentación. Tampoco tengo una fotografía tuya. Pero, ya ves, tengo muchos pretextos para recordarte. Me gustan las mujeres que se parecen a ti. ¿Será otro pretexto?
¿No es finalmente, ésta carta que tú nunca verás, otro pretexto?

Cuando el rodaje de ésta película, el Sr. Huston ya usaba oxígeno, aunque no de manera permanente. Tenía una silla de director alta y la cámara del Sr. Figueroa, tenía adosada una cámara de video. De ésta manera el Sr. Huston podía tener una imagen instantánea que le daba idea de la “toma” realizada. Por cierto, nuestros técnicos mexicanos, haciendo honor a la picardía distintiva, bautizaron al Sr. Huston como “El Chivo” por su barba.

En cierta ocasión en el set del bar del pueblo, que a la vez era un prostíbulo, perfectamente recreado para la época, año de 1938, el Sr. Huston, como siempre, se sentó en su silla de director de lona y encino de doble de alto y se puso a platicar con todo aquel que lo buscara. Mientras tanto, el fotógrafo Sr. Gabriel Figueroa, se dispuso a iluminar y emplazar la cámara en un pasillo lleno de puertas laterales donde se supone que las “damas de la noche” atendían a sus clientes y donde se llevaría a cabo una escena entre Jacqueline Bisset y Albert Finney. Después de aproximadamente cuatro horas, el Sr. Figueroa avisó al Sr. Huston que estaba listo el set. El Sr. Huston, sin ninguna prisa se dirigió al sitio, observó con la cámara el emplazamiento, asintió y de inmediato le dijo al Sr. Figueroa que moviera la cámara aproximadamente un metro y medio a un lado y dos metros hacia atrás. El Sr. Figueroa escuchó pasmado la indicación, y el Sr. Huston regresó con tranquilidad a su asiento y continuó con su charla.
Al mover una cámara aún unos pocos centímetros, supone corregir toda la iluminación nuevamente, así que pasaron otras tres horas antes de retomar la filmación. Eso es lo que pasa cuando como decimos en México, alguien se quiere “saltar las trancas”. Como al que le quema la leche, hasta al jocoque le sopla, el Sr. Gabriel Figueroa, jamás volvió a emplazar una escena, sin consultar antes con el Sr. Director.

Una de las cosas que más disfruté fue ver “personalmente y en persona”, como diría Cantinflas, a la bellísima Jacqueline Bisset. Miren, nada más y díganme si no tengo razón.






Por ahí andaba Emilio “El Indio” Fernández. Dos cosas me llamaron la atención. Primero, que siempre estaba en los llamados, pero nunca entraba a cámara y pero peor aún que en el corte a comer, al menos en exteriores, él juntaba tres piedras y hacía una fogata a manera de fogón con algunas ramas. Sacaba de su morral alimentos y tortillas además de su inseparable botella de tequila y sentado en una piedra comía solo.
Cabe aclarar que en las producciones siempre hay servicio de comedores que van en camiones con todo lo necesario para sentar y alimentar a todo el personal, protegidos por carpas.
Después me enteré que el Sr. Fernández era muy amigo de el Sr. Huston y éste ordenó su contratación para ayudarlo económicamente.
Fue mejor que se mantuviera al margen el Sr. Fernández, pues poca gente, si no es que nadie le tenía respeto, en cuanto a los mexicanos que estábamos en la producción.



Emilio Fernández Romo nació en Mineral del Hondo, Coahuila, México, el 26 de marzo de 1903 y murió el 6 de agosto de 1986 en la Ciudad de México.
Hijo de padre mexicano e india kikapú, estudió la carrera militar y se unió a la Revolución. Salió del país a causa de su complicidad en un frustrado levantamiento contra Álvaro Obregón. Vivió en Estados Unidos, donde ejerció diversos oficios, entre ellos el de “doble de cine”.
Regresó a México en 1933 para incursionar en la industria fílmica local como actor. En 1941 dirigió su primera película: “La Isla de la Pasión”. Se le considera uno de los más grandes cineastas mexicanos y el principal representante del llamado "nacionalismo cinematográfico". Junto con el fotógrafo Gabriel Figueroa, el escritor y argumentista Mauricio Magdaleno, y los actores Pedro Armendáriz, Dolores del Río y María Félix, formó uno de los más importantes y exitosos equipos creativos del cine nacional.
Entre las películas que la crítica ha considerado como las más importantes de su producción se hallan “María Candelaria” y “Flor Silvestre” ambas de 1943. “Flor Silvestre”, su tercera realización, es una de sus creaciones más destacadas; en su argumento, se entremezcla la clásica película mexicana de acción con elementos claramente pertenecientes al drama de costumbres y, en su planteamiento estético, sobresale el profundo estatismo que “El Indio” tomó de las mejores obras de su admirado Einsenstein.

Yo, junto con muchos otros trabajadores y actores de la industria no le teníamos ningún respeto al Sr. Fernández, porque él no era respetuoso. Lo conocía de vista en los estudios Churubusco (Q. E. P. D.). El comedor restaurante de los estudios estaba compuesto de dos secciones una el comedor y otra restaurante–bar. Él siempre ocupaba una misma mesa, en éste último en un rincón, y a su lado colocaba su botella de tequila en una bolsa de papel, como si eso hiciera pasar desapercibida su bebida. De esta manera se ahorraba el costo de pedir de beber. Tenía una vocecita muy tenue. Siempre estaba armado sin disimulo. Misógino y prepotente, mucha gente se negaba a trabajar con él ya por esas fechas, a principios de los 70s.

En 1976, se entrenó su película Zona Roja escrita por él y José Revueltas. El reparto estelar estaba constituido por Fanny Cano, Armando Silvestre, Víctor Junco, Mercedes Carreño, Emilio Fernández y María Sorté.
Yo estuve en su estreno en el cine Roble, que ya no existe, en una muestra de cine nacional La película se llevó una rechifla durante la mayor parte de su proyección por cursi, mal actuada y peor dirigida. Me parece que una gran parte del éxito del “Indio” en su buena época, fue su equipo de trabajo que, al perderlo, también perdió su buena fortuna. Cuando salimos del cine, casualmente pasé junto a él y lo escuché quejarse a sus acompañantes con su pequeña y ahora triste voz: “No entendieron mi película”.

A fines de los 70s, el “Indio” Fernández mató a una persona, porque supuestamente lo interrumpió cuando hablaba con otra persona, en Torreón Coahuila, México, por lo que fue a dar a prisión. Gracias a su posición como figura del cine y que Rodolfo Landa, entonces Secretario General de la ANDA, intervino a fu favor, salió libre poco después.
Regresó al cine e intentó escribir nuevos guiones, pero ya estaba lleno de descrédito, lo que propició su declive. Murió de un infarto al corazón en su casa de Coyoacán, Ciudad de México, dejando un legado cultural invaluable, aunque con propiedades, pero sin dinero y muy pocos amigos, pues “La falta de pluma hace corriente al gallo”
Para concluir el tema por mi parte, les diré que el “Indio” Fernández, era un patán. Creo que si busco en un diccionario ilustrado la palabra “patán”, aparece su foto.

FINAL JOCOSO
En un pueblo de la república mexicana, existía un hombre, Don Filemón, conocido por su riqueza, así como por su desprecio por la iglesia, todos los santos y los “jotos con falda”, como llamaba a los clérigos. En una ocasión, “Las Damas Católicas de la Caridad Perpetua”, decidieron hacer una colecta de 10 pesos por familia, para comprar una capa al cura, porque la que tenía, parecía de la época del santo sudario, pero sin los cuidados que se le otorgan al sagrado manto.
Mucho deliberaron las damas en cuestión y hasta preguntaron a otros habitantes del pueblo sobre la posibilidad de pedir a Don Filemón, una cooperación para tan loable fin para su representante celestial en la tierra. Finalmente, después de un consenso más discutido que el de un partido político para tomar decisiones sobre su candidato, llegaron a la indiscutible verdad de que el “no” era un hecho, pero si Dios iluminaba por un momento al ateo, se daría el milagro y Don Filemón podría aportar una razonable cantidad y, de esta manera, podrían comprar una capa de mejor calidad para el amado cura.
Se apersonaron pues ante el rico terrateniente y una de las beatas, tomando valor de la piedad, dijo así al temido hombre:
-Don Filemón, estamos haciendo una colecta. Es necesario que sepa que ya todo el pueblo ha cooperado y solo falta usted. ¿Sería tan amable de cooperar con solamente 10 pesitos para la capa del cura?
Don Filemón se levantó de inmediato, abrió su cartera y les dijo:
Les doy 100 pesos… Pero yo lo capo.

En la época que trabajé para Bajo el Volcán, yo estaba decidido a probar suerte como fotógrafo de foto fija, así que no me separaba de mi cámara. Por desgracia, no tengo Escáner ni manera de comprarlo, de otra manera les mandaría algunas imágenes inéditas que pude captar.

Gracias Google, Wikipedia y Biografías del Ayer de Luis Roberto.


Respetuosamente,


El abuelo Febo




xocdzib@yahoo.com


lunes, 19 de septiembre de 2011

Chabelo



Rompiendo el ayuno del reposo nocturno, con huevos fritos y tocino esplendoroso y dorado cruzando las yemas, muy temprano escucho impertinencias de Luisito, mientras remojo mis desazonados pensamientos en café negro.
Trato de recordar, sin mucho éxito, la receta de huevos que probé, hace un montonal de años en Puebla; “Pañuelos de Don Porfirio”. Si alguien la sabe, le ruego me la haga llegar.
Dormí bien, pero sin haber cenado, porque contravino mi horario una película hecha en México de nombre “Muñecos Infernales” rodada por el año de 1960, de tal manera que amanecí con apetencia imperiosa y mi castigo fue Luisito, el insufrible de este Hogar de Longevos en el que me refugio sin remedio, pero con gusto. Puedo tener todos los alimentos que desee en mi habitación, pero yo mismo me prohibí tenerlos para obligarme a salir a departir con mis compañeros, sobre todo, cuando la sombra de las añoranzas me cubren con su ansiedad y no deseo más que abismarme en mi soledad. Aquí junto a Luisito, trato de aplicar sin resultado satisfactorio la enseñanza de Emerson: “El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad”. Yo soy hombre grande, solo de edad.

Hace unos días cumplí 72 años y se acordó Luis Roberto, de Puerto Rico. Luis Roberto es un amigo que tiene una página web donde acumula todo lo que a telenovelas se refiere y algunas cosas más. Para el que quiera visitar su espléndida página, arriesgándose a ser invadido por la nostalgia: http://www.network54.com/Forum/540808/. Gracias, Luis Roberto.

Aquí también me festejaron un día antes, porque el día 7, de mi cumpleaños, me sacaron mis hijos a comer en un restaurante yucateco, como corresponde a este meridano que escribe.
La tarde del 6 pues, mi amigo Donceles invitó a su hijo Mario con todo y guitarra para alegarnos un rato con canciones del ayer. Mario tiene 45 años y es un apasionado de la música de antaño, para mi fortuna. Recordamos temas como; “Tu ausencia”, de Alberto Elorza García “El aguacate”, que se la compusiera a la entonces hermosa Martha Rangel y
“Perdido” de Víctor Manuel Mato. Por cierto algún actor una vez me dijo que esta canción debería ser el himno de los actores, por aquello de: “Estoy perdido y no sé qué camino, me trajo hasta aquí”… Escuchamos y cantamos muchas otras canciones maravillosas de mis lejanas juventudes. La pasé muy a gusto.
Durante el festejo me enteré que la monja María, en realidad es Sor Pía pero alguien se enteró de su verdadero nombre que es María y todos la llamamos así. Tal parece que en la iglesia también se ponen “nombres artísticos”. Sor Pía pues, me contó que a Luisito le dicen “El e-mail”, porque de diez cosas que dice, nueve son basura. Me reí mucho, pero más por la cara de Sor Pía que al ver mi risa, se puso roja de pena y rió por verme reír, sin embargo en buena medida mi risa fue a causa de ver la reacción de la apenada mujer.

La peliculeja de la cual hablé al principio, “Muñecos Infernales”, es del género de terror y es de esas películas que hay que ver para no hacer lo mismo. Por supuesto que yo ya no hago ni deshago, pero me hacen recordar viejos tiempos. En esta película, aparecen varios enanitos maquillados y vestidos cuales muñecos y son enviados a diferentes personas en cajas como regalo. En determinado momento, los muñecos cobran vida y asesinan a la persona que recibió tan terrible regalo. El caso es que me acordé de Margarito.

Margarito Esparza es un actor, comediante, cantante, compositor y conductor mexicano conocido como "El Enano Margarito", por su pequeña estatura. Ha tenido numerosas participaciones en cine y televisión.
El caso es que una cosa me llevó a otra. Conocí a Margarito el mismo día que a Xavier López “Chabelo” en un pequeño estudio del tercer piso de Televicentro allá en Avenida Chapultepec Nº 18 en el año de 1962, cuando se transmitía en vivo el programa: “Los Juguelotes de Gamboín” con Don Ramiro Gamboa, “El tío Gamboín”, Chabelo y Margarito.
En 1962 yo estaba haciendo mis pininos de jala cables, “traidor de café”, y lo que fuera, por unos pesos que me daban los demás técnicos y los actores.


A Chabelo lo conocí bastante bien. Tenía un estudio en La Avenida Insurgentes y Viaducto Río de la Piedad, donde escribía sus programas que pasaban dos veces por semana llamado “La media hora de Chabelo” y tenía una batería acústica, porque le encantaba la música. Es algunas tertulias que hacía Chabelo en su estudio, conocí a Genaro Moreno y Rogelio Moreno, locutores, y a algunos actores como Roberto “Flaco” Guzmán (†) Alejandro Suárez, Héctor Lechuga y Chucho Salinas(†) entre muchos otros. También conocí a su esposa, la cubanísima Angelita Castagni, señora hermosa en todos los aspectos y a la mamá de ella, cuando tuvieron un accidente automovilístico. La madre fue hospitalizada por un severo golpe en una pierna y acudí a verla. En ese hospital, por alguna calle de Polanco, conocí al papá de Chabelo que sorprendentemente no era tan alto como el hijo, seguramente salió a la madre Chabelo. Cuando hablamos de Los Beatles, el padre de Chabelo me preguntó en tono de molestia: “¿Sabes qué quiere decir Beatles?” yo contesté que no y él repuso con desprecio: “Escarabajos salidos del excremento”. Afortunadamente Xavier me miraba con una sonrisa de cómplice, dándome a entender que no hiciera caso. Fue un mal encuentro con la naciente fama del cuarteto maravilloso y la incomprensión de los adultos de la época.
Fue por aquellos años que tuve la oportunidad de conocer a Don Emilio Azcárraga Vidaurreta. Chabelo tuvo a bien llevarme a conocerlo para que me otorgara mi primer salario en Telesistema Mexicano, ahora Televisa. $25.00 por programa. No era mal dinero, pero tampoco malo, “sino todo lo contrario” diría Don Luis. Vi muchas veces más a Don Emilio, pero ya nunca crucé más que saludos con él, su imagen para éste “escritorsucho” es de un Santa Claus inolvidable.


 Xavier López Rodríguez nació el 17 de febrero de 1935. Es un actor y, que ha interpretado el personaje de Chabelo desde la década de 1960 en diferentes películas y programas de televisión. Ha realizado un programa de concursos para niños desde el año de 1968 el cual es transmitido por el canal 2 de Televisa bajo el nombre "En Familia con Chabelo”
En Familia con ‘‘Chabelo”, es un programa transmitido por Televisa, que ha acompañado a pequeños y grandes todos los domingos de 7:00 A.M. a 10:00 A.M. desde hace más de 40 años. En el mismo, la gente participa en distintos concursos para toda la familia ganando premios, los cuales pueden arriesgar por algo mayor o en algunos casos, algo menor en la una sección del programa conocida como "La Katafixia". Los concursantes que ya ganaron algún premio son convocados nuevamente, y ellos tienen la elección de entrar a la katafixia, con el riesgo de que si entran puede aumentar o disminuir el premio o no entrar y llevarse los regalos que ya habían ganado. Al principio y al final del programa Chabelo canta una canción de su repertorio, canciones que gracias al público han tenido mucho éxito.
Chabelo tiene canciones como: "El garabato Colorado", "Rehilete", "Adiós Superman", "Ese niño", "Mi familia", "Los grandes amigos", "Si los niños gobernarán al mundo", "La gorra", "Canta niño canta" y por supuesto el inolvidable "Reino del revés", además de su famoso tema: “Soy Chabelo, amigo de todos los niños…”
Nunca supe si Xavier era con X por su gusto, o por nacimiento y la verdad nunca se lo pregunté.
Xavier López, estudiaba de medicina, trabajaba como asistente y director de cámaras en varios de los primeros programas de televisión, que en ese entonces se realizaban en vivo.
 Un día, en el programa de variedades que conducía Ramiro Gamboa (El tío Gamboín), faltaba un actor que debía interpretar el personaje de un niño que en el libreto se llamaba "Chabelo". Xavier, que era conocido por su habilidad para hacer voces, fue invitado a realizar el papel, y así por casualidad o por destino, nació "Chabelo".


  Emilio Azcárraga Vidaurreta, nació en Tampico Tamaulipas, el 2 de marzo de 1895 y falleció el 23 de septiembre de 1972. Empresario mexicano, magnate de las telecomunicaciones.
Cursó su educación primaria en Piedras Negras, Coahuila; la secundaria en San Antonio, Texas; y la preparatoria en Austin. A los 17 años era empleado en una tienda de zapatos mientras estudiaba negocios y economía por la noche en la Universidad de San Eduardo en Austin Texas, Estados Unidos .
Obtuvo los derechos de distribución para una tienda de zapatos en Boston y a los 23 años, creo la compañía de distribución "Azcárraga & Copland".
En 1917 fundó una distribuidora de automóviles que se extendió por varias ciudades del país. En 1930 inauguró en la Ciudad de México su primera emisora de radio, la XEW con la que tuvo un enorme éxito comercial.
En 1941 consiguió establecer su primera cadena de emisoras, a la que no tardaría en añadirse otras, como la Cadena Azul. Con la fundación de los Estudios Churubusco se introdujo en la floreciente industria cinematográfica, empresa que no abandonó y que continuó a través de la organización de una cadena de exhibición por todo el país. En 1951 fundó el Canal 2 de televisión y abrió un nuevo sector de actividad a su imperio. Tras asociarse a los canales 4 y 5 de televisión en 1955 formó Telesistema Mexicano, gigante de las comunicaciones que a finales de la década de 1960 ya tenía emisoras propias en varias ciudades del continente americano. Un año después de su muerte, la fusión de las empresas Telesistema Mexicano y Televisión Independiente de México dio lugar a la fundación de Televisa.

Carlos el Flaco leyó algo de lo que aquí escribo y me dijo: Oye Febo, hay muchos muertos en tus escritos. Bien podrías titular a tu blog “Desde el panteón. Memorias”

En una fonda de Puebla, de cuyo nombre no puedo acordarme, probé las:
CALABACITAS CON ELOTE Y FRIJOLES
INTERMEDIO SABROSO

Ingredientes:
1 cucharada de aceite de oliva
1 cebolla grande picada
3 dientes de ajo picados
4 calabacitas picadas
1 chile poblano picado y sin semillas
1 taza de elote tierno o congelado
2 tazas de frijoles negros cocidos
Sal al gusto

Modo de preparación:
Calienta el aceite de oliva en un sartén a fuego medio-alto. Agrega la cebolla y el ajo y cocina hasta que la cebolla se haya cristalizado. Agrega las calabacitas, el chile poblano y cuece hasta ablandar. Incorpora los frijoles y el elote. Sazona con sal al gusto.

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INTERMEDIO JOCOSO

Un hombre entra a una zapatería y pregunta al dueño entre bostezos y estirones de evidente flojera:
-Perdone, (Bostezo) ¿Aquí es donde solicitan un empleado para almacén? (Bostezo)
El propietario molesto por el descaro lo sermonea:
-¡Viene usted a pedir trabajo bostezando de flojera… qué desfachatez!
Y el somnoliento responde despreocupado:
- No, si el trabajo no es para mí, es para mi primo que se quedó dormido en la banca de afuera.
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En una, plaza comercial se encuentran dos amigos de la secundaria.
-Hola Alejandro…
-¿Cómo estás Mario?
Se dan la mano y Mario se orina en los pantalones. Alejandro le pregunta:
-Pero… hombre, ¿No te has curado?
Mario completamente apenado responde:
-No, ya probé de todo, me han visto todos los médicos que te puedas imaginar y nada. Cada vez que saludo de mano, me orino.
-Pero, ¿cómo le haces para vivir así?
-Pues, no saludo a nadie de mano-Contesta Mario tratando de disimular lo mojado de su pantalón y repone- Lo que pasó contigo es que me dio mucho gusto verte después de tantos años y… ni modo, te estiré la mano.
-Mira Mario- dice Alejandro- Conozco un terapeuta maravilloso, que estoy seguro que va a resolver tu problema, ¿ya viste a algún terapeuta?
-Pues…no, no se me había ocurrido.
Alejandro le da los datos del terapeuta y se despiden. Tiempo después se vuelven a encontrar y Mario le extiende la mano a Alejandro, a lo que Alejandro, aliviado responde pero al estrechar sus manos, Mario se orina de nuevo.
-Pero… ¿No viste al terapeuta?-pregunta Alejandro-
-Claro que lo vi es de verdad maravilloso-dice Mario- tenías razón.
Alejandro extrañado le dice:
-Pero, te sigues orinando al dar la mano.
-Sí-dice Mario-Pero ya no me importa…
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Este 15 de septiembre falleció Jorge Lavat
Jorge Lavat Bayona fué un actor de cine, televisión y doblaje. Nació el 3 de agosto de 1933 en México, D.F. Hijo de Francisco Lavat Verástegui y Edelmira Bayona Oropeza.
Tiene tres hermanos, la actriz Queta Lavat, María Elena Lavat y el también actor de doblaje José Lavat.

En su adolescencia quería estudiar aviación. A los 17 años de edad se radicó en Tijuana, Baja California, donde durante 7 años desempeñó diversos empleos. De regreso al Distrito Federal fue contratado como gerente nocturno del Hotel Montecasino. Siempre acompañaba a sus hermanas a los Estudios San Angel Inn, en donde le ofrecieron sus primeros papeles como extra.
En el año 1957 entró a trabajar en la televisión haciendo doblaje a series de la televisión norteamericana como "Los locos Adams", "Los intocables", "El túnel del tiempo" y "El avispón verde".
También trabajó simultáneamente en el teatro. En el año 1958 el productor Gregorio Wallersten le dio la gran oportunidad de trabajar al lado de Germán Valdés "Tin Tan" y María Antonieta Pons en la película "Las mil y una noches". Descanse en paz.

Esta vez me retrasé con ésta publicación porque con motivo de las fiestas patrias de México que celebra el 15 de septiembre por el 201 aniversario de su independencia, de España, la madre patria, mi familia me invitó a pasar unos días a Cuernavaca, Morelos. Cuernavaca es llamada “La Ciudad de la Eterna Primavera”, así que no podía despreciar tan tentadora invitación.


Gracias Google, Wikipedia y 
Biografías del Ayer de Luis Roberto.


Respetuosamente,


El abuelo Febo


xocdzib@yahoo.com